Qué es la terapia cognitivo-conductual?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de psicoterapia que se centra en cómo los pensamientos, las emociones y los comportamientos interactúan entre ellos. Se basa en la idea de que nuestras interpretaciones de los eventos influyen en cómo nos sentimos y actuamos. La TCC trabaja para identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos o poco saludables.
Algunos de los principios fundamentales de la terapia cognitivo-conductual incluyen:
1. Identificación de pensamientos distorsionados: La TCC ayuda a las personas a identificar y cuestionar los pensamientos automáticos y distorsionados que pueden causar malestar emocional.
2. Reestructuración cognitiva: Una vez identificados los pensamientos distorsionados, se trabaja para reestructurarlos en pensamientos más realistas y equilibrados.
3. Técnicas conductuales: Además de trabajar con los pensamientos, la TCC también se centra en cambiar los comportamientos que pueden estar contribuyendo a los problemas de la persona. Esto puede incluir el uso de técnicas de exposición para enfrentar los miedos o la práctica de habilidades de confrontación para gestionar el estrés.
4. Enfoque orientado al presente: La TCC se centra en los problemas actuales de la persona y en encontrar soluciones prácticas para ellos.
5. Colaboración entre terapeuta y cliente: La relación entre el terapeuta y el cliente es colaborativa, con el terapeuta trabajando como guía para ayudar al cliente a alcanzar sus metas.
La TCC se ha utilizado con éxito para tratar una variedad de trastornos psicológicos, como la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), los trastornos de la alimentación y otros muchos.
También se ha adaptado para su uso en diferentes poblaciones como niños, adolescentes, adultos mayores y personas con trastornos médicos crónicos. Es una de las formas de terapia más ampliamente estudiadas y apoyadas por la evidencia científica.